El colectivo Salto a la Transición Ecológica y la Asociación para la Transición Energética han expresado su oposición al proyecto para dotar al Puerto de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, de una terminal de gas licuado, por considerarlo "poco comprensible, equívoco e innecesario".
El economista de la Asociación para la Transición Energética, Javier Santacruz, ha manifestado en este sentido que la tramitación de la autorización de instalaciones de generación eléctrica de 70 megavatios en el Puerto de la Luz en Las Palmas y el anteproyecto de terminal de gas natural licuado les parece "preocupante".
Este proyecto, ha apuntado, supone "un paso atrás al proceso de transición energética en las islas", porque "introduce un combustible fósil que hasta ahora no estaba presente en la producción de energía eléctrica, como es el gas natural".
Estos colectivos no solo recuerdan que el gas está sometido a unas presiones de precios internacionales "muy importantes", sino que entienden que "quita la posibilidad de introducir otros combustibles que sí son renovables, como es el caso de los biocombustibles".
En el repostaje de los de los buques, "es muy importante que haya una descarbonización efectiva, pero de una manera que sea económicamente racional", ha dicho.
Según ha apuntado, "no está claro cuál es la rentabilidad tanto presente como futura que va a tener y, por tanto, que haya inversores dispuestos a poder poner ese dinero".
A su juicio, es "un proyecto donde la rentabilidad no está en ese repostaje de los buques, sino en la planta de generación eléctrica de 70 megavatios", que es "donde está la clave de la cuestión".
El proyecto en realidad "es una central de generación con gas natural de 70 megavatios para abastecer a toda la isla, porque por sí solo el repostaje de los buques no es competitivo, no es rentable" ya que apenas existe una flota de 221 barcos propulsados de esta forma frente a los 58.000 de combustible tradicional.
Según establece la directiva europea sobre descarbonización de los puertos, "se tiene que introducir el gas natural licuado siempre y cuando las condiciones de mercado lo permitan" y, en este momento, "en las grandes navieras a nivel global, hay una división total entre las que están más o menos apostando por el gas licuado".
Como ha dicho, "ahora mismo se está apostando más por los combustibles renovables", como el metanol, o el combustible sintético a partir de fuentes renovables y, "por lo tanto, ni siquiera las condiciones de mercado permiten saber que este proyecto tiene sentido y por tanto es necesario".
A su juicio, "no es necesario hacer grandes inversiones para poder tener un nuevo combustible que además introduce volatilidad en los precios", porque "así no conseguimos el objetivo que estamos planteando en 2040 para una descarbonización total".
Según ha apuntado, “no nos quedan muchos años para poder llegar a ese objetivo” y hay “mejores tecnologías y mejores alternativas para avanzar a la descarbonización”.
También el economista ha hecho hincapié en los elementos de seguridad y salud, ya que el Servicio Canario de Salud habla "claramente" de "los perjuicios de las emisiones causadas con gas natural, que no son tan bajas como se piensa".
Esta instalación está "muy cerca de las viviendas y del núcleo de la ciudad, lo que lo convierte en un problema de salud", ha adverdido.