Diario 16.- (Esteban P. Cano) Se adivinan dos modelos de proyectos en renovables: una vez más, los que saben, tienen experiencia, capital humano, vienen para quedarse… y los que aparecen con una sociedad anónima recién creada, con grandes fondos de inversión que piden alta rentabilidad y rápida, y se crean para acaparar mercado y vender al mejor postor. Es tan lícito como perturbador y cortoplacista.
A veces es complicado, pero resulta fundamental hacerlo. Se trata de separar el grano de la paja y, en el mundo de la empresa, distinguir al que sigue su nicho de negocio del que persigue su propio “pelotazo”. Esta semana, sin ir más lejos, era noticia una conocida empresa constructora que hace menos de dos años optó a licencias de explotación para sendas instalaciones fotovoltaicas en Castilla-La Mancha y Extremadura y a los dos años les da “el pase” con una venta suculenta. Las renovables no debieran funcionar como el mercado de invierno de jugadores de fútbol... Leer más