Cinco Días.- La primavera ha puesto fin al más temido invierno en materia energética en las últimas décadas, y a medida que los hogares del Viejo Continente apagan su calefacción, Bruselas y los Veintisiete ponen su mirada en acelerar sus dos grandes apuestas para una transición energética sin importaciones rusas: el aumento de su capacidad para recibir gas natural licuado (GNL) y el vuelco hacia las renovables.
El desafío para los socios comunitarios es ahora evitar volver al mismo punto de partida, donde una infraestructura poco flexible, una fuerte dependencia a un socio no fiable y múltiples retrasos y obstáculos en el sistema energético llevaron al bloque a temer un invierno a oscuras. Estas inversiones ya parecen enfrentarse con dos grandes cuellos de botella; un mercado del gas sacudido por la vuelta de China y los contratiempos para el suministro de componentes claves para el despliegue de las renovables... Leer más