El Mundo.- Los objetivos europeos en cuanto al medioambiente son ambiciosos. Nos hemos comprometido a que al menos el 42,5% de la electricidad provenga de fuentes renovables en 2030 y a que alcancemos la neutralidad climática antes de 2050. Para cumplirlos, e incluso para dar salida a la creciente capacidad en energías renovables, es necesario aumentar la capacidad de las redes eléctricas y el almacenamiento.
Auténticas columnas vertebrales de los sistemas eléctricos, las redes eléctricas actuales están lejos de satisfacer ambas demandas. Invertir en ellas para incrementar su capacidad es crucial si de verdad perseguimos una descarbonización y una seguridad energética reales. Así lo defiende la Comisión Europa, cuando alerta de la necesidad de mantener un ritmo rápido en el despliegue de las renovables y la electrificación de la economía... Leer más
La gradual descentralización del sistema eléctrico necesita, entre otros requisitos, priorizar la expansión de su capacidad, mediante su modernización y digitalización, e incrementar las inversiones precisas para garantizar la seguridad y fiabilidad de las redes. Bruselas ha calculado que hasta 2030 será necesario invertir en ellas unos 584.000 millones de euros.
Los límites de las infraestructuras actuales están frenando la expansión de las renovables. Los proyectos de energías limpias se están enfrentando ya a largas esperas para conectarse a la red y no tiene sentido hacer más inversiones verdes si la energía que generan no puede llegar a los consumidores. Actualmente, "conseguir permisos para reforzar la red puede llevar hasta diez años", ha admitido Kadri Simson, comisaria europea de Energía.
España es uno de los principales exponentes de este atasco renovable, con más de 100 GW en proyectos embotellados en espera de conexión a la red, según advirtió recientemente WindEurope, la asociación europea de energía eólica, en un informe en el que también reclamaba duplicar las inversiones anuales en las redes de todo el continente.
Igualmente, considerando la demanda adicional que se prevé para cumplir con la agenda de descarbonización europea, Eurelectric, la patronal eléctrica europea, pide un fuerte impulso en las inversiones. En el caso de la distribución, estas deberían alcanzar no menos de 38.000 millones de euros por año hasta 2030 y hasta 100.000 millones por año hasta 2050. Eurelectric también considera que las inversiones anticipadas deberían incorporarse estructuralmente en la reforma del diseño del mercado eléctrico para cerrar así la brecha anual de la UE en infraestructura eléctrica.
En este contexto, la comisaria europea de Energía cree que "los 11 millones de kilómetros de redes deben crecer y cambiar para atender la creciente demanda. Se espera que el consumo de electricidad aumente aproximadamente un 60 % de aquí a 2030". Así, las redes tendrán que integrar una gran proporción de energía renovable intermitente y adaptarse a un sistema eléctrico más descentralizado.
El sistema de transporte de electricidad ha comenzado a mostrar sus costuras al no crecer al mismo ritmo que las energías renovables, creando áreas donde las redes de transmisión y distribución locales no tienen la capacidad de entregar la energía disponible a los consumidores, lo que puede provocar la interrupción de la generación o, incluso, vertidos de energía (lo que equivale a tirar la electricidad generada a la basura).
Estos vertidos ya se producen y van en aumento en España. Según la consultora Aurora Energy Research, los vertidos de energía solar y eólica se han multiplicado por más de diez en el último año, pasando de 67 GWh en 2021 a 715 GWh en 2022. Esta insuficiencia de la red costó al sistema eléctrico 1.300 millones de euros, que equivalen a unos 68 euros por hogar.
Tanto las limitaciones operativas de la red eléctrica como los costes para los consumidores y los desarrolladores de proyectos 'verdes' irán creciendo sin la planificación y las inversiones que permitan maximizar la integración de las renovables en el sistema.
El nuevo Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), prevé para en el período 2023-2030 unas inversiones en redes de 52.920 millones de euros. Es una cifra elevada, y representa en torno al 18% de las inversiones totales de la década. Sin embargo, el sector eléctrico cree que debería ser mucho mayor si en verdad queremos alcanzar los objetivos de descarbonización.
"Nosotros hemos señalado la importancia que tienen las redes en el nuevo PNIEC, se habla de elemento facilitador, pero creemos que la inversión que se prevé no es la adecuada, debe incrementarse y ser conscientes de la importancia que supone tanta integración de renovables", ha asegurado la presidenta de la Asociación Española de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec), Marina Serrano.